martes, 7 de agosto de 2012

La Acuicultura como Herramienta de Desarrollo


Panorama General de la Pesca y Acuicultura Mundial
La pesca de captura y la acuicultura suministraron al mundo unos 148 millones de toneladas de pescado en 2010 (con un valor total de 217 500 millones de USD). De ellos, aproximadamente 128 millones de toneladas se destinaron al consumo humano y, según datos preliminares para 2011, la producción se incrementó hasta alcanzar los 154 millones de toneladas, de los que 131 millones de toneladas se destinaron a alimentos.

Con el crecimiento mantenido de la producción de pescado y la mejora de los canales de distribución, el suministro mundial de alimentos pesqueros ha aumentado considerablemente en las cinco últimas décadas, con una tasa media de crecimiento del 3,2 por ciento anual en el período de 1961 a 2009, superando el índice de crecimiento de la población mundial del 1,7 por ciento anual. El suministro mundial de peces comestibles per cápita aumentó desde un promedio de 9,9 kg (equivalente en peso vivo) en la década de 1960 hasta 18,4 kg en 2009. Las cifras preliminares para 2010 señalan que el consumo de pescado seguirá aumentando hasta alcanzar los 18,6 kg.

Producción Mundial de la Pesca y la Acuicultura

Acuicultura
La producción acuícola mundial ha seguido creciendo en el nuevo Milenio, aunque más lentamente que en los decenios de 1980 y 1990. En el transcurso de medio siglo  aproximadamente, la acuicultura ha pasado de ser casi insignificante a equipararse totalmente a la producción de la pesca de captura en cuanto a la alimentación de la población en el mundo. Este sector también ha evolucionado respecto a innovación tecnológica y la adaptación para satisfacer las necesidades cambiantes.

La producción acuícola mundial alcanzó otro nivel máximo sin precedentes en 2010 de 60 millones de toneladas (excluidas las plantas acuáticas y los productos no alimentarios), con un valor total estimado de 119 000 millones de USD. En 2010 un tercio de la producción acuícola mundial de especies comestibles se logró sin utilizar piensos y correspondió a la producción de bivalvos y carpas que se alimentan por filtración. Si se incluyen las plantas acuáticas y los productos no alimentarios, la producción acuícola mundial de 2010 asciende a 79 millones de toneladas por valor de 125 000 USD.

Sin embargo, sigue habiendo un desequilibrio en todas las regiones respecto a la etapa de desarrollo y la distribución de la producción acuícola. Algunos países en desarrollo de Asia y el Pacífico, África subsahariana y América del Sur han realizado progresos considerables en el desarrollo acuícola en los últimos años y se están convirtiendo en productores importantes en sus respectivas regiones. No obstante, sigue habiendo una gran disparidad entre continentes y regiones geográficas, así como entre países de condiciones naturales similares de la misma región y, en muchos de los países menos adelantados (PMA), la acuicultura todavía puede contribuir de forma significativa a la seguridad alimentaria y nutricional nacional.

Producción de pescado para consumo humano
En 2010, la producción mundial de cultivo de especies acuáticas comestibles fue de 59,9 millones de toneladas, lo cual supuso un aumento de un 7,5 % con respecto a los 55,7 millones de toneladas en 2009 (32,4 millones de toneladas en 2000). La cría de especies comestibles incluye peces de escama, crustáceos, moluscos, anfibios (ranas), reptiles acuáticos (excepto cocodrilos) y otros animales acuáticos (como cohombros de mar, erizos, ascidias y medusas); todos ellos se incluyen en el término “peces” a efectos del presente documento. La producción acuícola en las fases de crecimiento posterior registrada se destina casi en su totalidad al consumo humano.

En los últimos tres decenios (1980-2010), la producción acuícola mundial de especies comestibles ha crecido casi 12 veces, a una tasa media anual de 8,8 %. En los decenios de 1980 y 1990, la acuicultura ha registrado altas tasas medias de crecimiento anual de 10,8 % y 9,5 % respectivamente, pero desde entonces ha disminuido a un promedio anual de 6,3 %.

Desde mediados del decenio de 1990, la acuicultura ha sido el motor de crecimiento de la producción pesquera total puesto que la producción mundial de la pesca de captura se ha estabilizado. Su contribución a la producción pesquera mundial total aumentó constantemente, pasando de 20,9 % en 1995 a 32,4 % en 2005 y a 40,3 % en 2010. Su contribución a la producción mundial de especies comestibles fue de 47 % en 2010 en comparación con solo el 9 % en 1980.

En las Américas, la proporción de la acuicultura de agua dulce en la producción total se redujo del 54,8 % en 1990 al 37,9 % en 2010. En América del Norte, la acuicultura ha dejado de aumentar en los últimos años, pero en América del Sur se ha registrado un crecimiento fuerte y continuo, en particular en el Brasil y el Perú. En cuanto al volumen, en la acuicultura de América del Norte y del Sur predominan los peces de escama (57,9 %), crustáceos (21,7 %) y moluscos (20,4 %). La producción de bivalvos osciló entre el 14 % y el 21 % de la producción acuícola total en los decenios de 1990 y 2000, después de reducirse rápidamente en el decenio de 1980 frente al 48,5 %.

Los diez principales productores Acuicolas en América en 2010

Contribución de la Acuicultura a la seguridad Alimentaria y Alivio a la Pobreza.

Acuicultura y Seguridad Alimentaria
La acuicultura es uno de los sectores de producción de alimentos que está experimentando un crecimiento más rápido en los últimos años a nivel mundial.

Debido a la sobrepesca que se lleva a cabo en los océanos y al deterioro de los mismos, el aporte de la acuicultura al consumo per cápita de productos del mar es cada vez mayor. El consumo de productos derivados de la acuicultura se ha incrementado, mientras que el consumo de productos procedentes de las pesquerías se ha mantenido prácticamente constante.

En términos globales, del consumo humano de productos del mar (sin tener en cuenta las algas) procedía ya de la acuicultura y este valor está previsto que se incremente en el futuro favorecido por tres importantes factores de difícil reversión; por una parte el imparable incremento de población mundial, por otra el gradual deterioro de los océanos y por último los avances tecnológicos del sector de la acuicultura.

Teniendo en cuenta el agotamiento de las pesquerías, se estima que para cubrir la demanda prevista en el 2020, manteniendo los precios, un 48% de la producción mundial debe de ser abastecida por la acuicultura, de otra manera, el pescado se volverá un producto no accesible a los grupos humanos con bajos ingresos.

Una estimación global asume que será necesario un incremento de abastecimiento de pescado de un 1.5% anual para satisfacer la demanda de pescado mundial en el año 2020 para lo cual deberá incrementarse un 0.7% anual la producción proveniente de la pesca y un 2.8% anual la producción procedente de la acuicultura.

Además hay que tener en cuenta que la contribución de la acuicultura a la seguridad alimentaria de los países en desarrollo es mayor de la reportada en las estadísticas oficiales pues el autoconsumo de los pequeños productores es un dato que generalmente no se incluye en dichas estadísticas.

Acuicultura rural y su relación con la pobreza
La acuicultura es una actividad que se desarrolla en zona rural, pues la necesidad de un medio acuático con adecuadas condiciones para el cultivo hace casi imposible su desarrollo en zonas urbanas.

Existe numerosa documentación sobre la actividad de la acuicultura y su relación con la reducción de la pobreza, sobre todo de los últimos años en los que esta última se ha convertido en un paradigma que marca las directrices de todo programa de ayuda al desarrollo. Hay que destacar los trabajos realizados por organizaciones como FAO y otras instituciones.

Beneficios/ Capacidades
• Los beneficios directos que esta actividad trae consigo son:
– Incremento en la disponibilidad de un alimento de alto valor nutritivo, en especial para los grupos más vulnerables como niños y mujeres embarazadas.
– Creación de empleo e incremento de los ingresos familiares.
– Diversificación de la fuente de ingresos (puesto que en muchos de los casos se trata de una actividad complementaria a la fuente de ingresos principal que suele ser la agricultura) y por lo tanto disminución de la vulnerabilidad en periodos de escasez entre cosechas.
– Incremento de oportunidades laborales para las mujeres y fortalecimiento de su papel en la toma de decisiones pues todas las actividades, sobre todo en instalaciones a pequeña escala, pueden ser llevadas a cabo por mujeres en todas sus fases: producción, procesado y comercialización.
– Fortalecimiento del asociacionismo en las comunidades con el objeto de obtener mejores precios tanto en la compra de insumos como en la venta del producto final.

• Los beneficios indirectos que pueden mencionarse son:
– Incremento en la disponibilidad de pescado, tanto en las zonas rurales como urbanas con la consecuente disminución en los precios.
– Creación de empleo en todos los sectores auxiliares relacionados (como proveedores de «semilla», piensos, materiales, equipos, fertilizantes, etc..y los implicados en la cadena de comercialización).
– Obtención de beneficios de los recursos de uso público (en el caso de la acuicultura que cuenta con instalaciones en cuerpos de agua existentes como pueden ser jaulas para peces, cultivo de moluscos o algas) que posibilita su utilización a los «sin tierra».
– Incremento de los beneficios sobre estos recursos comunes si la acuicultura se ha orientado a mejorar las pesquerías de los cuerpos de agua comunitarios o realiza una mejor gestión de los mismos.
– Introduce mejoras en la sostenibilidad de granjas agrícolas (en el caso de instalaciones en tierra). Por un lado, dotándolas de estanques que pueden ser utilizados como reservas de agua para su uso agrícola o ganadero; por otro, limitando la utilización de pesticidas al ser incompatible el abuso de los mismos con el mantenimiento de la producción acuícola y por último, reciclando productos de desecho (tanto agrícolas como ganaderos) para su utilización como aporte de nutrientes en los estanques de acuicultura.
– Incremento de los ingresos del estado a través de generación de divisas, en el caso de cultivarse productos destinados a exportación o de mayor recaudación de impuestos, en el caso de explotaciones acuícolas realizadas por grandes compañías.

Factores limitantes/Dificultades
• Limitado conocimiento tecnológico de los productores.
• Limitada capacidad de las instituciones nacionales como suministradores de servicios.
• Limitado acceso de los pobres a fuentes de financiación.
• Dificultades en la introducción de la acuicultura en zonas donde no existe experiencia previa de esta actividad.
• Falta de una visión general de la actividad, por parte de la administración y de los diferentes actores de la cooperación, que tenga en cuenta todo el sistema de producción, concediendo la necesaria importancia a aspectos como el suministro de insumos y las posibilidades reales de comercialización y que lo haga desde una perspectiva interdisciplinar, incluyendo informes sobre aspectos sociales, medioambientales, económicos...
• Falta de políticas nacionales e interregionales adecuadas que favorezcan el desarrollo de la acuicultura protegiendo y apoyando al pequeño y mediano productor.
• Problemas de aumento de la inequidad, al no favorecer en muchos de los casos a los más pobres de los pobres, pues es necesario un mínimo nivel de formación y acceso al recurso lo que, de alguna manera, favorece la brecha existente entre estos y el resto de la población.
• Problemática de los «sin tierra» relacionada con el punto anterior y de una legislación al respecto que garantice la estabilidad en el acceso a la utilización de los recursos comunes.
• Necesidad de introducir mejoras tanto en los métodos de cultivo como en las políticas, orientándolos a tecnologías amigables con el medio ambiente (con especial énfasis en temas como biodiversidad, destrucción de habitats naturales y polución que son afectados directamente por la actividad), siguiendo las recomendaciones plasmadas en el «Código de Conducta de Pesca Responsable » publicado por FAO en 1997 en su apartado 5 dedicado a Acuicultura. (FAO 1997)

En líneas generales, la acuicultura, es un sector más, semejante a la pesca y a la agricultura, relacionado directamente con el abastecimiento de alimento. Aunque en muchos países su contribución al PBI es pequeña, la creación de empleo no es muy grande y los ingresos de moneda extranjera son limitados (excepto casos como los de cultivo de langostino), adquiere gran importancia como factor que disminuye la vulnerabilidad de los pequeños productores a través de la diversificación de ingresos y como fuente de proteína animal.

Integración con otras actividades (agrícolas /pecuarias /pesca)
Se denominan «integradas» a aquellas actividades que coexisten utilizando una los desechos o excedentes de la otra y se benefician mutuamente. Tal y como se ha mencionado, la mayor parte de la acuicultura de pequeña escala que se lleva a cabo en zonas rurales está integrada con actividades agrarias, con la cría de animales terrestres o con la pesca. Suponen, por tanto, un complemento a los ingresos y no suelen constituir la actividad principal. En estos casos es importante tener en cuenta que en muchos de los casos existe una competencia por el recurso entre las diferentes actividades, sobre todo tierra y/o agua, cuando este bien es escaso. Compiten de la misma manera por determinados insumos, como los fertilizantes de origen orgánico que son consumidas por ambas actividades agrícolas y acuícolas.
A continuación se muestra una breve descripción de los sistemas integrados más habituales diferenciando si las instalaciones son en tierra o agua.

• Si las instalaciones de acuicultura son en tierra:
– Cultivo de peces de agua dulce integrado con cultivo de arroz.
Los peces son engordados en el terreno temporalmente inundado donde se lleva a cabo el cultivo de arroz. Es un tipo de cultivo tradicional en la zona de Asia que en la actualidad está cambiando debido a la utilización de variedades de arroz de alto rendimiento que, por una parte reducen el tiempo de cultivo con lo que impiden a los peces alcanzar el tamaño comercial y por otra implican una elevada tasa de utilización de pesticidas que también perjudica la salud de los peces en cultivo.

– Cultivo de peces integrado con actividades agropecuarias.
En estas instalaciones, el estanque es excavado en un terreno próximo, ya sea a la vivienda o al campo de cultivo. Los excedentes vegetales de Acuicultura integrada con cría de cerdos con la «pocilga» situada sobre el estanque de manera que los desechos originados fertilicen el agua de cultivo. Thai Binh (Vietnam).

• Si las instalaciones son en agua:
– Cultivo de peces en jaulas y/o cercas, integrado con agricultura y pesca.
Son cultivos generalmente más intensivos que se llevan a cabo en estructuras flotantes, cerradas, fabricadas con red (jaulas) o bien cercando una zona inundada o situada en un estanque o lago, con redes fijas al fondo mediante estacas. En este caso, aunque generalmente se requiere un aporte mayor de alimentación, en muchos casos se le suministra excedentes de agricultura o bien peces de pequeño tamaño y/o bajo valor comercial. Para tomar la decisión de implantar o promover un sistema de este tipo, es muy importante tener en cuenta que los aportes de pescado barato con los que se alimenta a los peces de cultivo, no esté constituida por alevines de otros peces o forme parte de la dieta habitual de la población más pobre pues en muchas ocasiones, ha supuesto para éstas un grave perjuicio (por convertirse en un recurso más escaso y más caro) y ha creado un desequilibrio ecológico importante, comprometiendo seriamente la biodiversidad de ecosistemas frágiles.

Es por tanto importante analizar la sostenibilidad económica y medioambiental de este tipo de cultivo y hacer una cuidada selección de las especies a cultivar con estos sistemas.

– Cultivo de moluscos y algas llevados a cabo, en general, por pescadores y sus familiares.
Son actividades de acuicultura que requieren de una infraestructura de bajo coste y que es compatible con la actividad pesquera que realizan.

En general son cuerdas, rocas, bambú u otros sustratos que son colocados en zonas cercanas a la costa y que sirven de anclaje a moluscos y algas que se encuentran naturalmente en el entorno. Esta actividad, que en un principio es semejante a la recolección, se puede convertir, si las condiciones son adecuadas, en un cultivo sostenible mas o menos extensivo, independiente de la pesca y puede llegar a generar una importante fuente de ingresos.

– Mejora de pesquerías.
 Es una actividad que va cobrando importancia a medida que se controlan mejor los procesos de reproducción y cría larvaria. Consiste en sembrar peces de pequeño tamaño en lagunas o grandes estanques para que, mediante un manejo racional del ecosistema engorden de forma natural hasta la época de su recolección o pesca. Existen experiencias en la que esta actividad es llevada a cabo por grupos de pescadores y debe ser considerada por tanto, como una actividad integrada con la pesca. Los rendimientos pueden llegar a multiplicar por cuatro la cosecha de peces que se daría de no existir el adecuado manejo.

Servicios de extensión rural
Uno de los principales problemas y una de las causas del poco éxito de muchos programas de acuicultura ha sido la falta de un adecuado sistema de extensión, es decir han fallado en hacer llegar el conocimiento a los productores. Para que la actividad se extienda y la trasmisión de información sea correcta, sobre todo en zonas en las que no es una actividad tradicional, es necesario contar por un lado con la estructura y los recursos adecuados y por otro con la realización de estudios muy exhaustivos de cómo llevar a cabo este proceso en cada caso.

• Sostenibilidad ambiental
Primeramente es importante enfatizar el hecho de que la actividad acuícola es la única opción sostenible si se quiere mantener y/o aumentar el consumo de pescado sin acabar con los recursos pesqueros. Puede considerarse, por tanto, una actividad con un impacto positivo en los ecosistemas si se lleva a cabo de la forma adecuada.

Los mayores impactos de la acuicultura sobre el medio ambiente se deben a tres causas:
– Polución ambiental debido a los residuos vertidos al entorno.
– Disminución de los recursos pesqueros debido a la utilización de harinas y aceites de pescado como alimento y al abastecimiento de postlarvas o alevines procedentes del medio natural.
– Disminución de la biodiversidad del entorno por: fugas de individuos cultivados de especies no nativas, fugas de individuos de especies nativas con escasa variabilidad genética y fugas de individuos enfermos.

Sostenibilidad económica
En líneas generales se puede decir que cualquier actividad acuícola debe ser sostenible económicamente. Debe, por tanto, ser «rentable» y aportar riqueza o valor en forma de ingresos y/o creación de empleo. En el caso de la acuicultura «comercial» esta rentabilidad debe ser viable de forma que en un plazo medio la actividad productiva pueda someterse a las leyes de mercado sin necesidad de ayuda externa.

En el caso de la acuicultura a pequeña escala, sin embargo, deben tenerse en cuenta otros factores o externalidades que no son tan obvios en términos económicos.

Una posible solución para hacer frente a la baja rentabilidad de las explotaciones de pequeña escala es la promoción de cooperativas, entendiendo el cooperativismo como una fórmula empresarial actual, real y eficiente que permite a los pequeños productores sumar esfuerzos y resultados para competir con las grandes empresas en un mercado liberalizado. A diferencia de la gran empresa, la fórmula cooperativa hace prevalecer los derechos y la rentabilidad de los socios en función de la persona y del trabajo aportado y no del capital, lo que permite una mayor igualdad de oportunidades para los productores.

Sostenibilidad sociocultural
En los casos en los que las actividades de cultivo no forman parte de la tradición, para que una iniciativa de acuicultura sea adoptada es necesario una determinada actitud en los individuos y en los grupos sociales. Una vez adoptada y caso de que sus resultados productivos sean positivos, se debe mantener y contribuir al desarrollo de una zona o una comunidad y para ello deben darse asimismo determinadas condiciones sociales. Es, por tanto, esencial tener en cuenta y evaluar correctamente los diferentes factores de índole sociocultural de los que va a depender el éxito de cualquier iniciativa.

Niveles de actuación
El diferente estado de desarrollo general de un país, sus peculiares características ambientales, socioculturales y económicas, así como el estado de desarrollo del propio sector de la acuicultura en el mismo, van a condicionar que las intervenciones de la ayuda internacional se concentren con mayor intensidad en un determinado nivel de actuación.

Por ejemplo, en países con un muy escasa o incipiente actividad en acuicultura, resulta imprescindible actuar:

– A nivel de granja en el establecimiento, puesta en marcha y seguimiento de granjas demostrativas
– A nivel local (comunidad provincia o región) en la creación de grupos de trabajo o asociaciones participativas y formación sobre el técnicas de gestión y producción acuícola
– A nivel nacional es necesario actuar en la «sensibilización» hacia la nueva actividad tanto con los granjeros como con las autoridades responsables de su desarrollo, la definición de especies, zonas prioritarias a desarrollar y prioridades de investigación.
– A nivel regional en el intercambio de información sobre planificación y regulación del sector.

Proyecciones para 2012-2021
Se prevé que la producción mundial del sector pesquero y acuícola, impulsada por la mayor demanda de pescado, alcance la cifra de 172 millones de toneladas aproximadamente en 2021, lo cual supone un incremento de un 15 % con respecto al promedio de 2009-2011. Este aumento se debe principalmente a la acuicultura, que se espera que alcance en torno a 79 millones de toneladas, es decir, un 33 % más durante el período de 2012-2021, en comparación con el incremento del 3 % de la pesca de captura. Sin embargo, se prevé una desaceleración en el crecimiento de la acuicultura, de una tasa media anual de 5,8 % en el último decenio a 2,4 % durante el período objeto de examen. Esta disminución se deberá principalmente a la escasez de agua, la limitada disponibilidad de lugares óptimos de producción y el aumento de los costos de la harina y el aceite de pescado y otros piensos. A pesar de la tasa de crecimiento más lenta, la acuicultura seguirá siendo uno de los sectores de producción de alimentos de origen animal de crecimiento más rápido. Gracias a su contribución, la producción total de la pesca de captura y la acuicultura superará a la de carne de vacuno, porcino o aves de corral (Figura 44). Los productos derivados de la acuicultura contribuirán a aumentar la cuota de la producción pesquera mundial, con un crecimiento medio del 40 % en 2009-2011 al 46 % en 2021. Se espera que la producción acuícola siga creciendo en todos los continentes, con variaciones entre países y regiones en cuanto a la gama de productos en especies y formas. Los países asiáticos seguirán dominando la producción acuícola mundial, con una cuota del 89 % en 2021; China por sí sola representará el 61 % de la producción total.