lunes, 4 de septiembre de 2023

¿Por qué es importante reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos para contribuir a la transformación de los sistemas agroalimentarios?

 


Entre 691 y 783 millones de personas enfrentaron hambre en 2022, con un rango medio de 735 millones ( FAO, 2023 ). Si bien el hambre y la seguridad alimentaria continúan, se estima que el 13 por ciento de los alimentos del mundo se pierde en la cadena de suministro, desde la poscosecha hasta la venta al por menor ( FAO, 2022 ); Otro 17 por ciento de los alimentos se desperdicia en los hogares, los servicios alimentarios y el comercio minorista ( PNUMA, 2021 ).

 

Actualmente, muchos de los sistemas agroalimentarios del mundo son insostenibles, ya que degradan las tierras agrícolas, contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y a la pérdida de biodiversidad y consumen aguas subterráneas. Los sistemas alimentarios también son vulnerables al clima externo y otras crisis, en parte debido al impacto sobre el medio ambiente.

 

Reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos puede desempeñar un papel clave en la transformación de los sistemas agroalimentarios al aumentar la disponibilidad de alimentos, contribuir a la seguridad alimentaria, las dietas saludables y desarrollar la resiliencia. La reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos también sirve como estrategia climática clave al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Por lo tanto, puede ayudar a los países y las empresas a aumentar la ambición climática, al tiempo que conserva y protege nuestros ecosistemas y recursos naturales de los que depende el futuro de los alimentos.

 

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (específicamente el ODS 12, meta 12.3) exige reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita en los niveles minorista y de consumo y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro. La meta 16 del Marco Mundial de Biodiversidad (GBF) de Kunming-Montreal, entre otras cuestiones, también exige “reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos para 2030”.

 

Acelerar el ritmo de las acciones para reducir las PDA con miras a cumplir la meta del ODS 12.3 y la meta establecida por el GBF para la reducción del desperdicio de alimentos es una necesidad imperiosa para impactar positivamente el ritmo de transformación del sistema agroalimentario, con beneficios tangibles para las personas y el planeta.

 


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