miércoles, 5 de marzo de 2025

Puede la Acuicultura Peruana Ser Sostenible?

 


La acuicultura viene presentando una rápida expansión, siendo el sector de producción de alimentos de más rápido crecimiento en el mundo y más de la mitad de los alimentos acuáticos destinados al consumo humano se cultivan, esto impulsado por el progreso científico, las innovaciones tecnológicas y la inversión, en medio de una demanda mundial en constante aumento de alimentos acuáticos. Sin embargo, como ocurre con todos los sectores de producción de alimentos, este rápido crecimiento ha puesto de manifiesto los desafíos a la sostenibilidad de la acuicultura y ha suscitado inquietudes sobre los posibles impactos negativos.

Si bien el Peru tiene muchas condiciones para el desarrollo de la acuicultura, como contar con tres regiones: costa, sierra y selva, muchos recursos acuáticos, una variedad de microclimas, entre otros, solo se ha tenido una produccion de 94 mil 758 TM en el 2023, 32.8% menor al año anterior, manteniéndose desde hace muchos años con solo  4 especies como las más cultivadas: Langostinos, Concha de abanico, Trucha y tilapia, incluso teniéndose recientemente problemas en su cultivo con las 2 primeras, esto nos lleva a hacernos la pregunta si nuestra acuicultura peruana podrá ser sostenible?


La acuicultura sostenible tiene el potencial de proporcionar suficientes alimentos saludables y ricos en nutrientes para una población mundial que se espera que supere los nueve mil millones de personas en 2050. Para ello organizaciones como FAO, recomiendan aplicar las directrices para una acuicultura sostenible (DAS), el cual es una herramienta para orientar los procesos de formulación de políticas, la toma de decisiones y la acción en todos los niveles: local, nacional, regional y global.

La DAS reconoce que la gobernanza y la planificación forman la base de la acuicultura sostenible, promoviendo principios como la responsabilidad, la equidad y la eficiencia. Una gobernanza eficaz minimiza los riesgos tanto para la sociedad como para los acuicultores, garantizando una asignación adecuada de los recursos y fomentando un entorno seguro para la inversión. La acuicultura, que emplea y utiliza diversos sistemas y especies, se beneficia de prácticas de gestión tradicionales e innovadoras. La producción responsable, tanto mediante el uso de especies alimentadas mediante piensos mejorados y con una adecuada gestión, esto mejora la eficiencia en el uso de los recursos y reduce el impacto ambiental. Desafíos como el acceso al agua, las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación requieren soluciones como el reciclaje del agua y la recuperación de nutrientes. La gestión eficaz de la biodiversidad acuática y los recursos genéticos es esencial para la salud de los ecosistemas, el bienestar humano y los sistemas de producción eficientes.



Los productos de la acuicultura deben integrarse en sistemas alimentarios sostenibles, circulares y sensibles a la nutrición. La responsabilidad social, la equidad, la igualdad y los medios de vida dignos son vitales para un sector sostenible, reconociendo el importante papel de las mujeres, los jóvenes, los grupos vulnerables y marginados, las comunidades indígenas y las minorías étnicas, los pequeños acuicultores y las personas con discapacidad. Una cadena de valor competitiva, que incluya la poscosecha, el procesamiento, la logística y el control de calidad, es esencial para el desarrollo sostenible y la distribución equitativa de los beneficios. El acceso a los mercados, facilitado por acuerdos y el cumplimiento de normas, es crucial y requiere asociaciones público-privadas.



Servicios clave como extensión, capacitación, financiación y acceso a tecnología apoyan la expansión y la adopción, respaldados por la digitalización para mejorar la productividad y la creación de redes para la transferencia de conocimientos. La implementación de la DAS requiere acciones tanto de los Estados como de las partes interesadas. La DAS se puede implementar designando una autoridad competente o un grupo de trabajo para monitorear, evaluar e informar sobre la implementación de la DAS a la autoridad pertinente. La implementación debe considerar la mejora de la cooperación técnica, la creación de asociaciones, la asistencia financiera, el desarrollo de capacidades institucionales, el intercambio de conocimientos y de experiencias.

Sobre la base de estos principios, la DAS proporciona recomendaciones concretas. Los Estados deben desarrollar e implementar políticas y planificación, marcos legales e institucionales efectivos, incluida la designación de áreas adecuadas para el desarrollo de la acuicultura mediante el uso de herramientas de planificación espacial y la integración de la acuicultura en las políticas públicas para el sistema alimentario y el desarrollo económico. Los Estados deben gestionar los recursos naturales y las empresas acuícolas de forma sostenible, considerar la conservación de los ecosistemas, la adaptación y mitigación del cambio climático y la resiliencia, e incluir la protección de la biodiversidad acuática, la gestión de los recursos genéticos, la mejora de la sostenibilidad del suministro de semillas y piensos para la acuicultura, el fortalecimiento de la bioseguridad y la mejora del bienestar animal. Los Estados deberían mejorar la responsabilidad social, el trabajo decente, el empleo juvenil y la igualdad de género, incluido el empoderamiento de las mujeres, en la acuicultura. Los Estados deberían establecer cadenas de valor de la acuicultura sostenibles, un acceso a los mercados y un comercio transparentes y predecibles, y trabajar para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.



Urge entonces que nuestras autoridades públicas recojan estas recomendaciones y se apliquen inmediatamente si queremos llegar a contar con una acuicultura sostenible que siga proveyendo alimentos sanos y nutritivos para la nuestra población, asi mismo a los acuicultores les toca el trabajo de mejorar su organización ya sea a través de asociaciones, mesas técnicas u otro que les permita recoger y debatir nuevos conocimientos y ponerlas en práctica, en todo caso alcanzar recomendaciones a las autoridades para su implementación en bien de una actividad con mucho potencial, que sea sostenible y contribuya a la competitividad de los acuicultores y del sector.


Fuente: Revista Pesca y Medio ambiente Nro. 143

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