Comer pescado es bueno para la
salud, pero no hay suficientes peces y moluscos salvajes para satisfacer la
demanda actual. La pesca sostenible y la acuicultura van de la mano. Solo
juntas pueden producir el pescado suficiente para satisfacer la demanda de la
creciente población mundial sin poner en peligro el futuro a largo plazo de
nuestras poblaciones de peces salvajes.
A nivel mundial la acuicultura
aporta más de 55% del pescado que comemos. Comer más pescado de acuicultura
significa explotar menos las poblaciones salvajes, depender menos de las
importaciones, crear más empleo e impulsar el crecimiento en nuestras economías
locales.
Los moluscos, como mejillones y
ostras, se crían en bateas, palos o estructuras en forma de mesa. Necesitan
agua limpia para alimentarse de los nutrientes que se encuentran en el agua.
Los peces marinos, como el salmón y la lubina, se crían en grandes cercados de
redes, suspendidos en la superficie del mar. Los peces de agua dulce, como la
trucha, suelen criarse en cisternas a las que se desvía el agua de los ríos.
Otros peces de agua dulce, como la carpa, se crían en grandes lagos y
estanques.
Como cualquier otra actividad
humana, la acuicultura debe gestionarse de manera sostenible y responsable.
Como todos los demás productores de alimentos, los piscicultores tienen la
obligación de cumplir normas medioambientales y sanitarias. Las normas
medioambientales mundiales para acuicultura se encuentran entre las más
estrictas y eficaces del mundo. Pero además los acuicultores deben contribuir
activamente a la protección del medio ambiente: por ejemplo, los estanques
utilizados en la acuicultura ayudan a conservar los paisajes naturales y los
hábitats de aves salvajes y otras especies amenazadas.
Los moluscos ayudan a limpiar las
aguas costeras ya que absorben nutrientes que de otro modo podrían perjudicar a
la calidad del agua. Por último, la sostenibilidad también es un buen acuerdo
comercial y los piscicultores son los primeros en controlar y proteger el medio
ambiente para garantizar que no haya ningún impacto negativo.
La legislación actual establece
normas rigurosas, como los niveles máximos de contaminantes, para garantizar
que los alimentos que consumimos sean seguros. Esos niveles son los mismos para
los peces de una y otra procedencia y un estricto sistema de controles
oficiales garantiza que solo lleguen a nuestras mesas alimentos sanos, vengan localmente
o de otro país.
Para producir un kilo de trucha de
piscifactoría se necesita más de un kilo de pescado salvaje. ¿Tiene sentido
alimentar a los peces de cría con peces salvajes?
La necesidad de alimentar con
peces salvajes a los peces carnívoros como la trucha o el salmón supone
inevitablemente un reto para la acuicultura sostenible. Gracias a la mejora de
la disponibilidad y la utilización de soluciones alternativas, y a la mayor
eficiencia de la alimentación, está disminuyendo constantemente la proporción
de peces salvajes utilizada para producir un kilo de pescado de piscifactoría.
Además de las consideraciones de sostenibilidad hay también un claro incentivo
económico para los acuicultores en recurrir menos a peces salvajes, ya que
representan uno de sus mayores costes de producción.
La Política Pesquera de cualquier país
debe buscar ayudar a prioritariamente al sector de la acuicultura. Ya existen
muchos países que han publicado una serie de directrices que presentan las
prioridades comunes y los objetivos generales de la acuicultura en sus paises.
Los cuatro aspectos prioritarios son:
· - normas sanitarias y
medioambientales de alta calidad
· - mejorar el acceso al espacio y
al agua
· - reducir los gastos
administrativos para el sector
· - aumentar la competitividad
Finalmente todo gobierno debe
aportar con una ayuda financiera que garantice que los acuicultores puedan
desarrollar con éxito su actividad y en las mejores condiciones posibles.
Invertirá además en investigación sobre las interacciones con el medio
ambiente, sobre sanidad y nutrición de los peces de piscifactoría y sobre
reproducción y cría, todos ellos elementos esenciales para el desarrollo sostenible
de la acuicultura nacional y mundial.
Por supuesto que daña el medio ambiente, y en nuestro país es un crimen hacer piscicultura
ResponderEliminarCuando deje de usarse harina de pescado como fuente proteica de los piensos para peces carnívoros, podremos estar hablando de una acuicultura amigable al medio ambiente. Si el sector harinero cae, nuestra acuicultura de peces también se va a ver afectada. Especialmente en peces carnívoros como la trucha.
ResponderEliminarLa acuicultura si genera un impacto en el medio ambiente, como toda actividad humana, la idea es minimizarla. Existen tecnológicas novedosas tales como el RAS y el Biofloc que nos permiten optimizar el uso del agua.
Si bien es cierto los moluscos filtran el agua del medio ambiente, los cultivos de fonde y suspendido en la zona de Sechura o Pisco al ser sometidos a altas cargas, generan competencia con otras especies que comparten el mismo nicho ecológico, generando un impacto. Las altas mortalidades por mareas rojas en zonas de bahía, sumándole las cargas también generan impactos. Los desechos de la acuicultura, específicamente del procesamiento de la concha de abanico también generan impacto. En fin, hay mucho por aprender, mucho por investigar, mucho por mejorar.
Saludos a este blog, que nos mantiene al tanto de acontecimientos acuícolas en nuestro País.
Ivan Gomez
Universidad Nacional Agraria la Molina