Panorama General de la Pesca y
Acuicultura Mundial
La
pesca de captura y la acuicultura suministraron al mundo unos 148 millones de
toneladas de pescado en 2010 (con un valor total de 217 500 millones de USD).
De ellos, aproximadamente 128 millones de toneladas se destinaron al consumo
humano y, según datos preliminares para 2011, la producción se incrementó hasta
alcanzar los 154 millones de toneladas, de los que 131 millones de toneladas se
destinaron a alimentos.
Con
el crecimiento mantenido de la producción de pescado y la mejora de los canales
de distribución, el suministro mundial de alimentos pesqueros ha aumentado
considerablemente en las cinco últimas décadas, con una tasa media de
crecimiento del 3,2 por ciento anual en el período de 1961 a 2009, superando el
índice de crecimiento de la población mundial del 1,7 por ciento anual. El
suministro mundial de peces comestibles per cápita aumentó desde un promedio de
9,9 kg (equivalente en peso vivo) en la década de 1960 hasta 18,4 kg en 2009.
Las cifras preliminares para 2010 señalan que el consumo de pescado seguirá
aumentando hasta alcanzar los 18,6 kg.
Producción Mundial de
la Pesca y la Acuicultura
Acuicultura
La
producción acuícola mundial ha seguido creciendo en el nuevo Milenio, aunque más
lentamente que en los decenios de 1980 y 1990. En el transcurso de medio siglo aproximadamente, la acuicultura ha pasado de
ser casi insignificante a equipararse totalmente a la producción de la pesca de
captura en cuanto a la alimentación de la población en el mundo. Este sector
también ha evolucionado respecto a innovación tecnológica y la adaptación para
satisfacer las necesidades cambiantes.
La
producción acuícola mundial alcanzó otro nivel máximo sin precedentes en 2010
de 60 millones de toneladas (excluidas las plantas acuáticas y los productos no
alimentarios), con un valor total estimado de 119 000 millones de USD. En 2010 un
tercio de la producción acuícola mundial de especies comestibles se logró sin utilizar
piensos y correspondió a la producción de bivalvos y carpas que se alimentan por
filtración. Si se incluyen las plantas acuáticas y los productos no
alimentarios, la producción acuícola mundial de 2010 asciende a 79 millones de
toneladas por valor de 125 000 USD.
Sin
embargo, sigue habiendo un desequilibrio en todas las regiones respecto a la
etapa de desarrollo y la distribución de la producción acuícola. Algunos países
en desarrollo de Asia y el Pacífico, África subsahariana y América del Sur han
realizado progresos considerables en el desarrollo acuícola en los últimos años
y se están convirtiendo en productores importantes en sus respectivas regiones.
No obstante, sigue habiendo una gran disparidad entre continentes y regiones
geográficas, así como entre países de condiciones naturales similares de la misma
región y, en muchos de los países menos adelantados (PMA), la acuicultura
todavía puede contribuir de forma significativa a la seguridad alimentaria y
nutricional nacional.
Producción de pescado para consumo
humano
En
2010, la producción mundial de cultivo de especies acuáticas comestibles fue de
59,9 millones de toneladas, lo cual supuso un aumento de un 7,5 % con respecto
a los 55,7 millones de toneladas en 2009 (32,4 millones de toneladas en 2000).
La cría de especies comestibles incluye peces de escama, crustáceos, moluscos,
anfibios (ranas), reptiles acuáticos (excepto cocodrilos) y otros animales
acuáticos (como cohombros de mar, erizos, ascidias y medusas); todos ellos se
incluyen en el término “peces” a efectos del presente documento. La producción
acuícola en las fases de crecimiento posterior registrada se destina casi en su
totalidad al consumo humano.
En
los últimos tres decenios (1980-2010), la producción acuícola mundial de
especies comestibles ha crecido casi 12 veces, a una tasa media anual de 8,8 %.
En los decenios de 1980 y 1990, la acuicultura ha registrado altas tasas medias
de crecimiento anual de 10,8 % y 9,5 % respectivamente, pero desde entonces ha
disminuido a un promedio anual de 6,3 %.
Desde
mediados del decenio de 1990, la acuicultura ha sido el motor de crecimiento de
la producción pesquera total puesto que la producción mundial de la pesca de captura
se ha estabilizado. Su contribución a la producción pesquera mundial total aumentó
constantemente, pasando de 20,9 % en 1995 a 32,4 % en 2005 y a 40,3 % en 2010.
Su contribución a la producción mundial de especies comestibles fue de 47 % en 2010
en comparación con solo el 9 % en 1980.
En
las Américas, la proporción de la acuicultura de agua dulce en la producción
total se redujo del 54,8 % en 1990 al 37,9 % en 2010. En América del Norte, la
acuicultura ha dejado de aumentar en los últimos años, pero en América del Sur
se ha registrado un crecimiento fuerte y continuo, en particular en el Brasil y
el Perú. En cuanto al volumen, en la acuicultura de América del Norte y del Sur
predominan los peces de escama (57,9 %), crustáceos (21,7 %) y moluscos (20,4
%). La producción de bivalvos osciló entre el 14 % y el 21 % de la producción
acuícola total en los decenios de 1990 y 2000, después de reducirse rápidamente
en el decenio de 1980 frente al 48,5 %.
Los diez principales
productores Acuicolas en América en 2010
Contribución de la Acuicultura a la
seguridad Alimentaria y Alivio a la Pobreza.
Acuicultura y Seguridad Alimentaria
La
acuicultura es uno de los sectores de producción de alimentos que está
experimentando un crecimiento más rápido en los últimos años a nivel mundial.
Debido
a la sobrepesca que se lleva a cabo en los océanos y al deterioro de los
mismos, el aporte de la acuicultura al consumo per cápita de productos del mar
es cada vez mayor. El consumo de productos derivados de la acuicultura se ha
incrementado, mientras que el consumo de productos procedentes de las
pesquerías se ha mantenido prácticamente constante.
En
términos globales, del consumo humano de productos del mar (sin tener en cuenta
las algas) procedía ya de la acuicultura y este valor está previsto que se
incremente en el futuro favorecido por tres importantes factores de difícil
reversión; por una parte el imparable incremento de población mundial, por otra
el gradual deterioro de los océanos y por último los avances tecnológicos del
sector de la acuicultura.
Teniendo
en cuenta el agotamiento de las pesquerías, se estima que para cubrir la
demanda prevista en el 2020, manteniendo los precios, un 48% de la producción mundial
debe de ser abastecida por la acuicultura, de otra manera, el pescado se
volverá un producto no accesible a los grupos humanos con bajos ingresos.
Una
estimación global asume que será necesario un incremento de abastecimiento de
pescado de un 1.5% anual para satisfacer la demanda de pescado mundial en el
año 2020 para lo cual deberá incrementarse un 0.7% anual la producción proveniente
de la pesca y un 2.8% anual la producción procedente de la acuicultura.
Además
hay que tener en cuenta que la contribución de la acuicultura a la seguridad alimentaria
de los países en desarrollo es mayor de la reportada en las estadísticas oficiales
pues el autoconsumo de los pequeños productores es un dato que generalmente no
se incluye en dichas estadísticas.
Acuicultura rural y su relación con la
pobreza
La
acuicultura es una actividad que se desarrolla en zona rural, pues la necesidad
de un medio acuático con adecuadas condiciones para el cultivo hace casi
imposible su desarrollo en zonas urbanas.
Existe
numerosa documentación sobre la actividad de la acuicultura y su relación con
la reducción de la pobreza, sobre todo de los últimos años en los que esta
última se ha convertido en un paradigma que marca las directrices de todo
programa de ayuda al desarrollo. Hay que destacar los trabajos realizados por
organizaciones como FAO y otras instituciones.
Beneficios/ Capacidades
• Los beneficios directos que esta
actividad trae consigo son:
–
Incremento en la disponibilidad de un alimento de alto valor nutritivo, en especial
para los grupos más vulnerables como niños y mujeres embarazadas.
–
Creación de empleo e incremento de los ingresos familiares.
–
Diversificación de la fuente de ingresos (puesto que en muchos de los casos se
trata de una actividad complementaria a la fuente de ingresos principal que
suele ser la agricultura) y por lo tanto disminución de la vulnerabilidad en periodos
de escasez entre cosechas.
–
Incremento de oportunidades laborales para las mujeres y fortalecimiento de su
papel en la toma de decisiones pues todas las actividades, sobre todo en
instalaciones a pequeña escala, pueden ser llevadas a cabo por mujeres en todas
sus fases: producción, procesado y comercialización.
–
Fortalecimiento del asociacionismo en las comunidades con el objeto de obtener
mejores precios tanto en la compra de insumos como en la venta del producto
final.
• Los beneficios indirectos que pueden
mencionarse son:
–
Incremento en la disponibilidad de pescado, tanto en las zonas rurales como
urbanas con la consecuente disminución en los precios.
–
Creación de empleo en todos los sectores auxiliares relacionados (como proveedores
de «semilla», piensos, materiales, equipos, fertilizantes, etc..y los
implicados en la cadena de comercialización).
–
Obtención de beneficios de los recursos de uso público (en el caso de la acuicultura
que cuenta con instalaciones en cuerpos de agua existentes como pueden ser
jaulas para peces, cultivo de moluscos o algas) que posibilita su utilización a
los «sin tierra».
–
Incremento de los beneficios sobre estos recursos comunes si la acuicultura se
ha orientado a mejorar las pesquerías de los cuerpos de agua comunitarios o
realiza una mejor gestión de los mismos.
–
Introduce mejoras en la sostenibilidad de granjas agrícolas (en el caso de instalaciones
en tierra). Por un lado, dotándolas de estanques que pueden ser utilizados como
reservas de agua para su uso agrícola o ganadero; por otro, limitando la
utilización de pesticidas al ser incompatible el abuso de los mismos con el
mantenimiento de la producción acuícola y por último, reciclando productos de
desecho (tanto agrícolas como ganaderos) para su utilización como aporte de
nutrientes en los estanques de acuicultura.
–
Incremento de los ingresos del estado a través de generación de divisas, en el
caso de cultivarse productos destinados a exportación o de mayor recaudación de
impuestos, en el caso de explotaciones acuícolas realizadas por grandes
compañías.
Factores limitantes/Dificultades
•
Limitado conocimiento tecnológico de los productores.
•
Limitada capacidad de las instituciones nacionales como suministradores de servicios.
•
Limitado acceso de los pobres a fuentes de financiación.
•
Dificultades en la introducción de la acuicultura en zonas donde no existe experiencia
previa de esta actividad.
•
Falta de una visión general de la actividad, por parte de la administración y
de los diferentes actores de la cooperación, que tenga en cuenta todo el
sistema de producción, concediendo la necesaria importancia a aspectos como el suministro
de insumos y las posibilidades reales de comercialización y que lo haga desde
una perspectiva interdisciplinar, incluyendo informes sobre aspectos sociales,
medioambientales, económicos...
•
Falta de políticas nacionales e interregionales adecuadas que favorezcan el desarrollo
de la acuicultura protegiendo y apoyando al pequeño y mediano productor.
•
Problemas de aumento de la inequidad, al no favorecer en muchos de los casos a
los más pobres de los pobres, pues es necesario un mínimo nivel de formación y
acceso al recurso lo que, de alguna manera, favorece la brecha existente entre
estos y el resto de la población.
• Problemática
de los «sin tierra» relacionada con el punto anterior y de una legislación al
respecto que garantice la estabilidad en el acceso a la utilización de los
recursos comunes.
•
Necesidad de introducir mejoras tanto en los métodos de cultivo como en las políticas,
orientándolos a tecnologías amigables con el medio ambiente (con especial
énfasis en temas como biodiversidad, destrucción de habitats naturales y
polución que son afectados directamente por la actividad), siguiendo las recomendaciones
plasmadas en el «Código de Conducta de Pesca Responsable » publicado por FAO en
1997 en su apartado 5 dedicado a Acuicultura. (FAO 1997)
En
líneas generales, la acuicultura, es un sector más, semejante a la pesca y a la
agricultura, relacionado directamente con el abastecimiento de alimento. Aunque
en muchos países su contribución al PBI es pequeña, la creación de empleo no es
muy grande y los ingresos de moneda extranjera son limitados (excepto casos
como los de cultivo de langostino), adquiere gran importancia como factor que
disminuye la vulnerabilidad de los pequeños productores a través de la diversificación
de ingresos y como fuente de proteína animal.
Integración con otras actividades (agrícolas
/pecuarias /pesca)
Se
denominan «integradas» a aquellas actividades que coexisten utilizando una los
desechos o excedentes de la otra y se benefician mutuamente. Tal y como se ha
mencionado, la mayor parte de la acuicultura de pequeña escala que se lleva a
cabo en zonas rurales está integrada con actividades agrarias, con la cría de
animales terrestres o con la pesca. Suponen, por tanto, un complemento a los
ingresos y no suelen constituir la actividad principal. En estos casos es
importante tener en cuenta que en muchos de los casos existe una competencia por
el recurso entre las diferentes actividades, sobre todo tierra y/o agua, cuando
este bien es escaso. Compiten de la misma manera por determinados insumos, como
los fertilizantes de origen orgánico que son consumidas por ambas actividades
agrícolas y acuícolas.
A
continuación se muestra una breve descripción de los sistemas integrados más habituales
diferenciando si las instalaciones son en tierra o agua.
• Si las instalaciones de acuicultura
son en tierra:
– Cultivo de peces de agua dulce
integrado con cultivo de arroz.
Los
peces son engordados en el terreno temporalmente inundado donde se lleva a cabo
el cultivo de arroz. Es un tipo de cultivo tradicional en la zona de Asia que
en la actualidad está cambiando debido a la utilización de variedades de arroz
de alto rendimiento que, por una parte reducen el tiempo de cultivo con lo que
impiden a los peces alcanzar el tamaño comercial y por otra implican una
elevada tasa de utilización de pesticidas que también perjudica la salud de los
peces en cultivo.
– Cultivo de peces integrado con
actividades agropecuarias.
En
estas instalaciones, el estanque es excavado en un terreno próximo, ya sea a la
vivienda o al campo de cultivo. Los excedentes vegetales de Acuicultura
integrada con cría de cerdos con la «pocilga» situada sobre el estanque de
manera que los desechos originados fertilicen el agua de cultivo. Thai Binh
(Vietnam).
• Si las instalaciones son en agua:
– Cultivo de peces en jaulas y/o
cercas, integrado con agricultura y pesca.
Son
cultivos generalmente más intensivos que se llevan a cabo en estructuras
flotantes, cerradas, fabricadas con red (jaulas) o bien cercando una zona
inundada o situada en un estanque o lago, con redes fijas al fondo mediante
estacas. En este caso, aunque generalmente se requiere un aporte mayor de
alimentación, en muchos casos se le suministra excedentes de agricultura o bien
peces de pequeño tamaño y/o bajo valor comercial. Para tomar la decisión de
implantar o promover un sistema de este tipo, es muy importante tener en cuenta
que los aportes de pescado barato con los que se alimenta a los peces de
cultivo, no esté constituida por alevines de otros peces o forme parte de la dieta
habitual de la población más pobre pues en muchas ocasiones, ha supuesto para
éstas un grave perjuicio (por convertirse en un recurso más escaso y más caro)
y ha creado un desequilibrio ecológico importante, comprometiendo seriamente la
biodiversidad de ecosistemas frágiles.
Es
por tanto importante analizar la sostenibilidad económica y medioambiental de
este tipo de cultivo y hacer una cuidada selección de las especies a cultivar
con estos sistemas.
– Cultivo de moluscos y algas llevados
a cabo, en general, por pescadores y sus familiares.
Son
actividades de acuicultura que requieren de una infraestructura de bajo coste y
que es compatible con la actividad pesquera que realizan.
En
general son cuerdas, rocas, bambú u otros sustratos que son colocados en zonas
cercanas a la costa y que sirven de anclaje a moluscos y algas que se encuentran
naturalmente en el entorno. Esta actividad, que en un principio es semejante a
la recolección, se puede convertir, si las condiciones son adecuadas, en un
cultivo sostenible mas o menos extensivo, independiente de la pesca y puede
llegar a generar una importante fuente de ingresos.
– Mejora de pesquerías.
Es una actividad que va cobrando importancia a
medida que se controlan mejor los procesos de reproducción y cría larvaria.
Consiste en sembrar peces de pequeño tamaño en lagunas o grandes estanques para
que, mediante un manejo racional del ecosistema engorden de forma natural hasta
la época de su recolección o pesca. Existen experiencias en la que esta
actividad es llevada a cabo por grupos de pescadores y debe ser considerada por
tanto, como una actividad integrada con la pesca. Los rendimientos pueden
llegar a multiplicar por cuatro la cosecha de peces que se daría de no existir
el adecuado manejo.
Servicios de extensión rural
Uno
de los principales problemas y una de las causas del poco éxito de muchos programas
de acuicultura ha sido la falta de un adecuado sistema de extensión, es decir
han fallado en hacer llegar el conocimiento a los productores. Para que la
actividad se extienda y la trasmisión de información sea correcta, sobre todo en
zonas en las que no es una actividad tradicional, es necesario contar por un
lado con la estructura y los recursos adecuados y por otro con la realización
de estudios muy exhaustivos de cómo llevar a cabo este proceso en cada caso.
• Sostenibilidad ambiental
Primeramente
es importante enfatizar el hecho de que la actividad acuícola es la única
opción sostenible si se quiere mantener y/o aumentar el consumo de pescado sin
acabar con los recursos pesqueros. Puede considerarse, por tanto, una actividad
con un impacto positivo en los ecosistemas si se lleva a cabo de la forma
adecuada.
Los
mayores impactos de la acuicultura sobre el medio ambiente se deben a tres causas:
–
Polución ambiental debido a los residuos vertidos al entorno.
–
Disminución de los recursos pesqueros debido a la utilización de harinas y aceites
de pescado como alimento y al abastecimiento de postlarvas o alevines procedentes
del medio natural.
–
Disminución de la biodiversidad del entorno por: fugas de individuos cultivados
de especies no nativas, fugas de individuos de especies nativas con escasa variabilidad
genética y fugas de individuos enfermos.
Sostenibilidad económica
En
líneas generales se puede decir que cualquier actividad acuícola debe ser
sostenible económicamente. Debe, por tanto, ser «rentable» y aportar riqueza o valor
en forma de ingresos y/o creación de empleo. En el caso de la acuicultura «comercial»
esta rentabilidad debe ser viable de forma que en un plazo medio la actividad
productiva pueda someterse a las leyes de mercado sin necesidad de ayuda
externa.
En
el caso de la acuicultura a pequeña escala, sin embargo, deben tenerse en cuenta
otros factores o externalidades que no son tan obvios en términos económicos.
Una
posible solución para hacer frente a la baja rentabilidad de las explotaciones de
pequeña escala es la promoción de cooperativas, entendiendo el cooperativismo como
una fórmula empresarial actual, real y eficiente que permite a los pequeños
productores sumar esfuerzos y resultados para competir con las grandes empresas
en un mercado liberalizado. A diferencia de la gran empresa, la fórmula
cooperativa hace prevalecer los derechos y la rentabilidad de los socios en
función de la persona y del trabajo aportado y no del capital, lo que permite una
mayor igualdad de oportunidades para los productores.
Sostenibilidad sociocultural
En
los casos en los que las actividades de cultivo no forman parte de la
tradición, para que una iniciativa de acuicultura sea adoptada es necesario una
determinada actitud en los individuos y en los grupos sociales. Una vez
adoptada y caso de que sus resultados productivos sean positivos, se debe
mantener y contribuir al desarrollo de una zona o una comunidad y para ello
deben darse asimismo determinadas condiciones sociales. Es, por tanto, esencial
tener en cuenta y evaluar correctamente los diferentes factores de índole
sociocultural de los que va a depender el éxito de cualquier iniciativa.
Niveles de actuación
El
diferente estado de desarrollo general de un país, sus peculiares
características ambientales, socioculturales y económicas, así como el estado
de desarrollo del propio sector de la acuicultura en el mismo, van a
condicionar que las intervenciones de la ayuda internacional se concentren con
mayor intensidad en un determinado nivel de actuación.
Por
ejemplo, en países con un muy escasa o incipiente actividad en acuicultura, resulta
imprescindible actuar:
– A
nivel de granja en el establecimiento, puesta en marcha y seguimiento de granjas
demostrativas
– A
nivel local (comunidad provincia o región) en la creación de grupos de trabajo o
asociaciones participativas y formación sobre el técnicas de gestión y producción
acuícola
– A
nivel nacional es necesario actuar en la «sensibilización» hacia la nueva
actividad tanto con los granjeros como con las autoridades responsables de su desarrollo,
la definición de especies, zonas prioritarias a desarrollar y prioridades de
investigación.
– A
nivel regional en el intercambio de información sobre planificación y
regulación del sector.
Proyecciones para 2012-2021
Se
prevé que la producción mundial del sector pesquero y acuícola, impulsada por
la mayor demanda de pescado, alcance la cifra de 172 millones de toneladas aproximadamente
en 2021, lo cual supone un incremento de un 15 % con respecto al promedio de
2009-2011. Este aumento se debe principalmente a la acuicultura, que se espera
que alcance en torno a 79 millones de toneladas, es decir, un 33 % más durante el
período de 2012-2021, en comparación con el incremento del 3 % de la pesca de captura.
Sin embargo, se prevé una desaceleración en el crecimiento de la acuicultura, de
una tasa media anual de 5,8 % en el último decenio a 2,4 % durante el período objeto
de examen. Esta disminución se deberá principalmente a la escasez de agua, la limitada
disponibilidad de lugares óptimos de producción y el aumento de los costos de la
harina y el aceite de pescado y otros piensos. A pesar de la tasa de
crecimiento más lenta, la acuicultura seguirá siendo uno de los sectores de
producción de alimentos de origen animal de crecimiento más rápido. Gracias a
su contribución, la producción total de la pesca de captura y la acuicultura
superará a la de carne de vacuno, porcino o aves de corral (Figura 44). Los
productos derivados de la acuicultura contribuirán a aumentar la cuota de la
producción pesquera mundial, con un crecimiento medio del 40 % en 2009-2011 al
46 % en 2021. Se espera que la producción acuícola siga creciendo en todos los
continentes, con variaciones entre países y regiones en cuanto a la gama de productos
en especies y formas. Los países asiáticos seguirán dominando la producción acuícola
mundial, con una cuota del 89 % en 2021; China por sí sola representará el 61 %
de la producción total.
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