“Es tarea de todos lograr que la acuicultura sea parte importante de la agenda y las políticas públicas de nuestro gobierno”
Una de
las primeras cosas que aprendí en mis inicios como asesor legislativo y
cabildero en el Congreso de la Unión es que los legisladores y funcionarios del
poder ejecutivo no lo saben todo. En cierta forma fue una sorpresa para mí. No sé
por qué tenemos la percepción de que los diputados y senadores, así como los
funcionarios del Ejecutivo de alto nivel, tienen una visión amplia y de largo
alcance sobre todos los temas que afectan a nuestro país.
Esto no
es cierto porque la verdad sería algo casi imposible poder conocer a fondo la
gran diversidad de problemas y oportunidades que afectan al país… es demasiada información;
no los podemos culpar por eso.
En lo
personal esto fue un gran descubrimiento que me permitió entender que la falta
de apoyos y las políticas públicas, escasas y débiles que tenemos para fomentar
la acuicultura tiene como causa importante la falta de información por parte de
quienes toman las decisiones y que no es solo por el desinterés, apatía y obscuros
intereses que a veces nuestras mentes imaginan.
En el
caminar por estos terrenos pude ver con sorpresa no solo el que los tomadores
de decisiones no conocían nuestra realidad, sino también que una vez que se los
informaba, el interés por la actividad se disparaba y, en la mayoría de los
casos, los legisladores y funcionarios empezaban a pedir más información y a
tomar acciones al respecto. Las cosas cambian cuando sabemos de qué estamos
hablando.
Esto nos
lleva a la conclusión de que mientras nuestros legisladores y funcionarios
tengan más conocimiento sobre nuestra actividad, las posibilidades de generar
apoyos a mayor atención se incrementan substancialmente. Me queda claro que el
problema es mucho más complejo que la sola falta de información, sin embargo,
estoy convencido que en la base del problema, este tema se encuentra en un
lugar importante. Como se dice coloquialmente, no hemos “sabido vender” nuestra
actividad.
Es por
eso que, para poner a la acuicultura dentro de los temas importantes de las
agendas de nuestros gobiernos debemos trabajar todos en forma activa para dar a
conocer nuestra actividad, así como su potencial en todos los espacios posibles
medios de comunicación, reuniones gremiales y empresariales, entrevistas con
funcionarios de los tres niveles de gobierno, legisladores, etc. Para muchos será
quizás la primera vez que lo escuchen; otros tendrán seguramente diversos
niveles de conocimiento sobre el tema.
Hay que
hablar, comunicar y promover, pero debemos ser cuidadosos de que estemos
enviando el mensaje adecuado. Los gobiernos le dan prioridad en su agenda a
aquellas actividades que son viables, rentables económica y socialmente, a
aquellas en las cuales consideran que el recurso invertido va a tener
resultados significativos. Normalmente existe un rechazo para las actividades
que consideren que no son competitivas
ni rentables, que son “muertos vivientes” con problemas tan complejos que ya no
tiene solución. Ni la acuicultura ni la pesca son muertos vivientes. Quizás si estén
enfermos en algunas cosas, pero con el tratamiento y los cuidados adecuados se
pueden recuperar y convertirse en sectores agresivos en su crecimiento,
generadores de empleos y derrama económica.
Es por
eso que hablemos en positivo, hacer énfasis en el futuro y no el pasado, en el
potencial tan grande que tiene la acuicultura para promover los alimentos a
nuestros países; para generar derrama económica; para dar seguridad a miles de
pescadores que sufren de la incertidumbre de sus capturas; para incrementar en
forma significativa su nivel de vida y el nivel nutricional de todo un país...
son muchas las cosas buenas de las que podemos hablar.
Esto no
quiere decir que ignoremos nuestros problemas que son muy reales, pero, si
hablamos exclusivamente de ellos, nos acercamos más a la imagen de nuestros
vivientes que queremos evitar.
Una sola
persona, o un solo líder político, del partido que sea, no vendrá a cambiar
nuestra realidad por sí solo. El verdadero cambio vendrá de la suma de miles o
millones de pequeñas acciones individuales orientadas hacia el mismo propósito,
la poderosa fuerza de la suma.
Acciones
de involucramiento activo en la gestión y promoción de nuestra actividad.
Trabajemos por cambiar la imagen negativa que algunos quieren darle a la acuicultura
y a la pesca. Hablemos, promovamos la verdadera cara; un sector con el
potencial de ser grande, de gran impacto social y económico para nuestro país.
Los
problemas los podremos tratar en su momento y oportunidad, sus soluciones serán
más fáciles de encontrar si los tomadores de decisiones se sientan a la mesa de
negociación con una visión y actitud positiva. Presentemos propuestas, saquemos
de nuestro hablar y actuar todo aquello que no sean intereses genuinos por el
desarrollo de nuestras actividades y nuestro país, que las autoridades nos
consideren aliados y no enemigos.
Articulo escrito por: Roberto Arosemena Working
Publicado en: Panorama Acuícola Abril – Mayo 2018. Vol.23 No. 4
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