martes, 29 de septiembre de 2015

LA PESCA Y LA ACUICULTURA SOSTENIBLES DESEMPEÑAN UN PAPEL CRUCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL DEL PERU Y EL MUNDO

La pesca y la acuicultura sostenibles desempeñan un papel crucial en la seguridad alimentaria y nutricional y los medios de subsistencia de millones de personas, afirma la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En un informe sobre el estado de la pesca y la acuicultura, la FAO destaca la contribución fundamental del sector al bienestar y la prosperidad del mundo, y revela que al año 2012 produjo una cifra récord de 136.2 millones de toneladas de pescado para consumo humano. Esa cantidad de pescado supone una media de 19,2 kg por persona, lo que proporcionaría un 15% de la ingesta de proteínas animales a más de 4.300 millones de personas.

Además, la pesca y la acuicultura son una fuente de ingresos para 55 millones de personas.

Los medios de subsistencia del 12% de la población mundial dependen directa o indirectamente de esas actividades.

El pescado y los productos pesqueros desempeñan una función esencial en la seguridad alimentaria y las necesidades nutricionales de las personas de los países en desarrollo y desarrollados. La oferta de peces comestibles a nivel mundial se ha incrementado de forma constante en los últimos cinco decenios a un ritmo anual medio del 3,2 %, una cifra que supera el crecimiento de la población mundial (1,6 %).

Según un informe de las Naciones Unidas, se prevé que la población mundial, que actualmente es de aproximadamente 7 300 millones de personas, alcance los 8 100 millones en 2025 y los 9 600 millones en 2050, y este crecimiento demográfico se producirá en su mayoría en regiones en desarrollo. Garantizar una seguridad alimentaria y nutricional suficiente para esta población en crecimiento constituye un desafío de enormes proporciones.

Los hábitos de los consumidores han cambiado significativamente en los últimos decenios y las cuestiones relacionadas con los alimentos como la tolerancia, la conveniencia, la salud, la ética, la variedad, el uso óptimo de los recursos y la inocuidad están adquiriendo cada vez mayor importancia. La salud y el bienestar influyen cada vez más en las decisiones sobre el consumo y el pescado tiene gran importancia a este respecto a raíz de la existencia de indicios crecientes que confirman los beneficios para la salud que supone el consumo de pescado.

La carencia de micronutrientes afecta a cientos de millones de personas, particularmente mujeres y niños de países en desarrollo. Más de 250 millones de niños de todo el mundo corren el riesgo de padecer carencia de vitamina A, 200 millones de personas sufren bocio (20 millones tienen dificultades de aprendizaje causadas por la carencia de yodo), 2 000 millones de personas (más del 30 % de la población mundial) padecen carencia de hierro y 800 000 muertes infantiles anuales son atribuibles a la carencia de zinc.

Cada vez es más evidente que, además de proporcionar alimento, el pescado contribuye a la seguridad nutricio de los hogares pobres de los países en desarrollo de diversas maneras. El pescado y los productos pesqueros desempeñan un papel importante en la seguridad alimentaria y nutricional, la reducción de la pobreza y el bienestar general. Esto es particularmente cierto en la acuicultura, sector en el que la producción aumenta constantemente y que pronto proporcionará la mayor parte de todo el pescado que consume la humanidad. El consumo de pescado también tiene beneficios para la salud de la población en edad adulta.

Debido a la expansión de la población mundial, la demanda de pescado y productos pesqueros aumentará independientemente de que el consumo per cápita se mantenga al actual promedio mundial de casi 19 kilogramos al año. En líneas generales, la producción de la pesca de captura se ha estabilizado. La creciente demanda de productos pesqueros obligará a utilizar mejor los recursos actuales, lo cual podría dar lugar a que se reduzcan los desechos y a que se destine más pescado al consumo humano y menos a la elaboración de pienso. No obstante, en la práctica la demanda cada vez mayor de pescado se satisfará principalmente incrementando la producción del sector acuícola, con el consiguiente aumento de la demanda de pienso.

La pesca artesanal y la acuicultura a pequeña escala pueden convertirse en una de las respuestas más  efectivas al problema del hambre que aún aqueja a millones de personas a nivel mundial.

En cuanto a nuestro País, el Perú es actualmente la segunda potencia pesquera extractiva a nivel mundial con 6.3 millones de toneladas, sin embargo más del 79 % de la pesca corresponde a la anchoveta que es procesada para la elaboración de harina de pescado y solo el 21% concentra la pesca de Pota, jurel, perico y otros peces para el consumo humano directo.

La Pesquería peruana reporta más de US$ FOB 2,737 millones en exportaciones totales y más de 50,000 empleos directos.

En cuanto a la acuicultura peruana si bien se ha desarrollado enormemente a más de 26.25 % en promedio en los últimos 15 años, registrando más de 106 mil toneladas ala 2014, esta es aún muy poca en comparación con nuestra pesquería representando solo el 2%.

Sin embargo el Perú tiene muchas condiciones para el desarrollo de la acuicultura como más de 1’285,216 km2., 3,080 Km de litoral, 02 corrientes marinas importantes: Alta productividad natural, 0.87% de la superficie terrestre, 3.5% de las aguas dulces del mundo, País mega diverso: 28 de 32 climas posibles. Gran biodiversidad de especies marinas y dulceacuícolas, somos el principal productor mundial de materias primas de alto valor para la acuicultura: Harina y Aceite de pescado entero, en auge económico y con varios TLC: interés para inversiones y el comercio y sobretodo contamos con los profesionales más adecuados y con experiencia.

Sin embargo pese a ser un país pesquero y con mucho potencial en acuicultura aun contamos con más 600 mil niños desnutridos, con regiones como Cajamarca, Huancavelica y Apurímac con extrema desnutrición crónica infantil y en   cuanto a pobreza se registra más del 23.7 % a nivel nacional, siendo el 50.8 en las zonas rurales y en promedio más de 5.5 en cuanto a pobreza extrema, problemática que se podría solucionar con la ingesta de productos de la pesca y la acuicultura.

Según FAO “La Inversión en Acuicultura impulsa la economía, incrementa la seguridad alimentaria, mejora la nutrición y reduce la pobreza

No obstante los beneficios de la pesca y la acuicultura, el rubro afronta diversos problemas, incluyendo la mala gobernanza, los sistemas insuficientes de ordenación pesquera, los conflictos por la utilización de los recursos naturales y el uso continuado de malas prácticas pesqueras y acuícolas.

Ante esta situación, la FAO insta a los gobiernos a hacer todo lo posible para garantizar la pesca sostenible en todo el mundo.