lunes, 9 de marzo de 2020

El rol de la mujer en la pesca y la acuicultura mundial


Las mujeres en la pesca y la acuicultura constituyen una fuerza de trabajo cuya importancia numérica y cualitativa es superior a la que muestra la información disponible hasta ahora.

Se asocia generalmente “mujer de la pesca” con aquella que espera a su esposo que retorne del mar luego de una jornada de trabajo y que muchas veces se encarga de la venta del pescado obtenido. En realidad, su actividad se desarrolla a lo largo de toda la cadena productiva de la pesca y aún más en el de la acuicultura.

Dentro del sector pesquero encontramos mujeres en:
·        -  las capturas
·        -  la siembra y cosecha (acuicultura)
·        -  el procesamiento
·        -  la comercialización de productos pesqueros
·         - Inspección
·        -  Docencia
·         - Empresarial

A nivel mundial, la pesca de captura y la acuicultura proporcionan empleo directo a unas 200 millones de personas, la mayoría de las cuales trabaja en el sector artesanal a pequeña escala, lo que representa el 70 % de la producción  pesquera. Las mujeres representan alrededor del 50 % de las personas que laboran en este sector, y se involucran en diversas actividades a lo largo de la cadena de valor, asumiendo funciones clave en la provisión de insumos, extracción y cultivo, procesamiento primario y secundario, así como en la comercialización.

Estudios realizados por FAO, arrojan información sobre la situación y condición de las mujeres en la pesca artesanal y la acuicultura, y proponen recomendaciones de políticas dirigidas a mejorar su calidad de vida, a la vez que incrementen su contribución a la seguridad alimentaria y al crecimiento del sector.


Como conclusiones se destaca:
• Las mujeres en la pesca y la acuicultura constituyen una fuerza de trabajo cuya importancia numérica y cualitativa no se refleja adecuadamente en la información estadística disponible. Solo recientemente se han iniciado actividades de recolección y procesamiento de información de las personas dedicadas a la pesca y la acuicultura diferenciadas por sexo y, en pocos casos, la utilización del enfoque de género en su análisis. Influye también el limitado empleo de un enfoque de cadena que permita ver más allá de las tareas propias de la extracción o producción, que dé cuenta de otros eslabones anteriores y posteriores en la cadena de la pesca y  la acuicultura donde las mujeres se involucran activamente, tales como la preparación de las artes de pesca, el procesamiento y la venta.

• El análisis de la participación de las mujeres se enriquece con la desagregación de la información según subsector (pesca y acuicultura), según lugar (marino o continental), según tipo de emprendimiento (artesanal o empresarial), lo que permite identificar de manera más precisa la magnitud y las características de la participación de las mujeres. Por ejemplo, al comparar el subsector de la pesca (con énfasis en la pesca artesanal) y el de la acuicultura, este último aparece como el que ofrece mejores condiciones laborales para las mujeres y es el que resulta más atractivo para las mujeres más jóvenes, que presentan niveles más altos de educación formal.

• En su mayoría, las mujeres vinculadas a la pesca y la acuicultura en los países estudiados enfrentan situaciones laborales ajenas al concepto de trabajo decente desarrollado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) desde 1999, entendido como aquel que les permite: i) un trabajo que sea productivo y que produzca un ingreso digno; ii) seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias; iii) mejores perspectivas de desarrollo personal e integración a la sociedad; iv) libertad y oportunidades para que expresen sus opiniones; v) organización y participación en las decisiones que afectan sus vidas; y vi) igualdad de oportunidad y trato para todas las mujeres y hombres. Tanto la actividad pesquera como la acuicultura presentan altos niveles de informalidad laboral que afectan de manera particular a las mujeres, y principalmente a las jefas de hogar. Esta informalidad se refleja no solo en los altos porcentajes de trabajo eventual que enfrentan, sino también en su limitado acceso a la seguridad y protección social1, baja asociatividad y limitado acceso a bienes y servicios para el desarrollo de su actividad pesquera o acuícola

• La falta de información sobre las políticas sectoriales y sus instrumentos de aplicación, así como sobre los servicios financieros y no financieros disponibles para mejorar su actividad económica, son obstáculos para el empoderamiento económico de las mujeres. Esto no se debe exclusivamente al aislamiento geográfico en que muchas se encuentran, sino también a la falta de acceso a los espacios donde la información se ubica en el nivel local, como, por ejemplo, aquellas organizaciones gremiales que cuentan con los contactos externos que les brindan esta información.

• La poca participación de las mujeres en las organizaciones del sector es una limitación importante que debe ser atendida2, principalmente en el sector pesquero. Las organizaciones de pescadores fueron tradicionalmente masculinas y la apertura de espacios para las mujeres ha sido lenta, no solo por las limitaciones que provienen de la misma organización, donde el poder y la dinámica interna son territorio de los hombres, sino también porque las mismas mujeres no se reconocen capaces ni motivadas para incursionar en esos espacios.


Recomendaciones para la formulación de políticas públicas
Mejorar las bases de información disponibles
Es necesario avanzar en las mejoras de la calidad y del detalle de la información sobre la magnitud y características de la participación de la mujer en la pesca y la acuicultura. La desagregación de la información según subsector, lugar y tipo de emprendimiento es fundamental con miras a la toma de decisiones para políticas y estrategias de desarrollo de las mujeres en el sector. Con el apoyo de la FAO y los gobiernos, será necesario mejorar y estandarizar el método de investigación y las baterías de indicadores, con el fin de obtener la información requerida y de modo que sea comparable al interior de los países y entre países. El uso de métodos censales y de muestreo con mayor validez estadística ayudaría en la capacidad de extrapolación de la información y desarrollo de políticas ajustadas a situaciones reales y diversas de las mujeres en la pesca y acuicultura.


Promover la participación de las mujeres en las organizaciones gremiales
Será necesario promover la apertura de espacios de participación de las mujeres en las organizaciones gremiales del sector en el nivel local, regional y nacional. Estos procesos se deben acompañar con actividades de sensibilización y capacitación en género a los pescadores varones; con la apertura de dichas organizaciones a la incorporación de personas que laboran en actividades a lo largo de toda la cadena de valor; y, complementariamente, con el mejoramiento de la autoestima de las mujeres y de sus capacidades parlamentarias y de incidencia.
Este acercamiento de las mujeres a las organizaciones será a su vez una puerta de acceso a la información sobre políticas y estrategias de apoyo al sector, de las cuales ellas podrán beneficiarse. Esta información deberá ser complementada con otra relacionada con los deberes y derechos de las mujeres.


Incentivar la participación de nuevas generaciones de mujeres
Los estudios indican que la población de pescadoras y acuicultoras es en promedio, mayor de 40 años, aunque en la acuicultura existen más mujeres jóvenes. Este “envejecimiento” de las mujeres en el sector pesquero puede atentar contra la sostenibilidad de la práctica, y tener consecuencias negativas en la seguridad alimentaria de las familias de las zonas tradicionalmente dedicadas a estas actividades. La importancia del relevo generacional de las mujeres en este sector implica investigar las actividades a las que se dedican las mujeres menores de 40 años en las comunidades pesqueras y acuícolas y sondear los factores que convierten a esta última en una actividad más atractiva para las mujeres jóvenes. Esta información será relevante para incentivar la participación de nuevas generaciones de mujeres en las actividades de la pesca y la acuicultura.


Mejorar el acceso de las mujeres a la educación y la capacitación técnica
La falta de formación educativa y técnica continúa afectando las posibilidades de las mujeres para su empoderamiento económico en el sector. Cabe destacar que existe relación entre el nivel educativo y de capacitación de las mujeres, por una parte; y por otra, su estabilidad, ingreso y formalidad en la actividad que realizan, ya sea pesca o acuicultura.
La capacitación de las mujeres en técnicas de pesca y acuicultura sostenibles es esencial para mejorar su desempeño en el sector, pues no solo contribuye a su empoderamiento económico, sino que también promueve el uso de prácticas amigables con el medioambiente, aporta a la seguridad alimentaria y contribuye con el crecimiento del sector.


Fomentar el trabajo decente
Las condiciones de estabilidad, ingresos, seguridad social y asociatividad que enfrentan las mujeres pescadoras y acuicultoras deben ser abordadas con medidas integrales, tales como las que contiene la definición de trabajo decente conceptualizado por la OIT. El trabajo decente forma parte del objetivo N.° 8 de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, adoptada por los líderes del mundo reunidos en la cumbre especial de las Naciones Unidas el 25 y 26 de septiembre de 2015 en Nueva York. Este objetivo busca promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las personas, hombres y mujeres.


Aumentar el acceso de las mujeres a los bienes productivos
Será necesario aumentar las posibilidades de que las mujeres cuenten con sus propias embarcaciones y monten sus propias empresas dedicadas a la pesca o la acuicultura, para que estén en condiciones de obtener mayores ganancias por su trabajo. De la misma manera, se debe impulsar programas dirigidos a las acuicultoras, cuyo objetivo sea que puedan contar con la propiedad de tierras donde ampliar sus áreas de explotación acuícola y con mayor estabilidad para sus empresas.


Diseñar e implementar políticas y programas que apoyen a las mujeres
Las recomendaciones anteriores serán la base para introducir cambios en la legislación y en los mecanismos para su cumplimiento, así como para el desarrollo de políticas y programas nacionales y territoriales dirigidos al sector, que destaquen y promuevan la participación de las mujeres en condiciones de igualdad con los hombres; ello a partir del reconocimiento de su aporte al desarrollo del sector pesquero y acuícola, así como de su situación específica y condiciones particulares en cada contexto.


jueves, 5 de marzo de 2020

EL PAPEL DE LA ACUICULTURA EN LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS DE ORIGEN PESQUERO


En un mundo donde casi el 30% de la humanidad sufre de desnutrición, los alimentos de origen pesquero representan un componente esencial de la canasta básica de alimentos para mejorar la alimentación, la salud y el bienestar de toda la población.

No es por casualidad que los países con las mayores expectativas de vida y la menor incidencia de obesidad y muerte por enfermedades cardíacas, sean los principales consumidores mundiales de este tipo de alimentos.

Ante esta realidad, y la caída progresiva de los niveles de captura mundial en las principales pesquerías mundiales, se hace imperante la potenciación de actividades alternativas, entre las que la acuicultura lidera en potencialidad.

Está más que demostrado, que el sector pesquero puede contribuir al suministro mundial de alimentos de una manera importante y proporcionar una fuente significativa de proteína de origen animal.

Basado en las tendencias observadas en la producción y el consumo de esos productos, se proyecta que el suministro total de biomasa pesquera alcanzará unos 186 millones de toneladas para el año 2030, destacando las actividades acuícolas como la principal herramienta para lograr ese aumento.

Dada la tecnología alcanzada, demanda de los mercados y/o requerimientos alimentarios y nutricionales, se espera que los mayores crecimientos de producción provengan de actividades de cultivo de tilapia y camarones, mientras que la mayor expansión en lo que a producción se refiere se espera se produzca en India, América Latina y el Caribe y el sudeste asiático.


Así, la acuicultura contribuirá a mermar el déficit alimentario mundial, particularmente de las poblaciones más vulnerables y podría ayudar a recuperar la biomasa de las pesquerías de captura, a través de prácticas de producción más eficiente y sostenibles para actividades de repoblamiento ecológico.

Sin embargo, muchos detractores de las prácticas acuícolas cuestionan estos fundamentos, especialmente bajo la óptica que los denominados discursos azules omiten aspectos tales como:

1-    Los efectos de la acuicultura para el ecosistema marino
2-    El nivel de disminución que muchas pesquerías de captura han alcanzado,
3- El hecho de que muchos productos acuícolas no contribuyen a la alimentación de la población más necesitada, y
4-    La gran cantidad de biomasa pesquera utilizada para la fabricación de alimentos requeridos para el cultivo de estas especies.

Así que, para muchos, la denominada “transición azul” liderada por la acuicultura, no estaría encaminada en la dirección correcta, por su potencial daño sobre los océanos, las especies cultivadas, el origen de la materia prima para la fabricación del alimento utilizado y/o el receptor final de la biomasa obtenida.

Sin embargo, consideramos a todo esto como un conjunto de “verdades a medias”.

1.- Ante la potencial hambruna a generarse ante la merma de la producción pesquera mundial, existen sólidas evaluaciones que evidencian la total factibilidad de generar la biomasa pesquera requerida mediante la utilización de una muy pequeña fracción de la superficie oceánica total existente.

2.- Aunque es cierto que el nivel de muchas pesquerías marinas de captura no puede ya ser revertido, ninguna de estas mermas fue por causa de actividades acuícolas, no hacer nada agravaría aún más la disponibilidad de biomasa pesquera.

3.- Si bien es cierto no todos los productos acuícolas contribuyen a la alimentación de las poblaciones más necesitada, la gran mayoría de las especies sometidas actualmente a cultivo, se encuentran destinadas a estos mercados, y en muchas regiones del planeta no se produce más, solo por la falta de programas gubernamentales dirigidos a tal fin.

4.- La generación de biomasa acuícola de alto valor como los salmones y camarones, no le resta mérito a la actividad, y están dirigidos a mercados que no compiten entre sí.

5.- La producción de harinas y aceites de pescado a partir de especies forrajeras ha venido disminuyendo constantemente en los últimos años, y aunque la proporción de estos ingredientes dentro de los alimentos destinados a prácticas acuícolas ha demostrando una tendencia a la baja, la selección de las especies a cultivar coadyuvará en mantener o acentuar esta tendencia.


En relación con la última aseveración, la gráfica que acompaña a este artículo, (Tacon & Metian, 2015), ofrece una referencia de los requerimientos estimados de aceites y harinas de pescados (franja azul) para los principales grupos de especies sometidos a cultivo en la actualidad.


Ante todo, ello, se hace evidente que para que el sector acuícola mantenga su tasa de crecimiento, el suministro de nutrientes e insumos alimenticios tendrá que crecer a un ritmo similar, tratando que la producción de ingredientes acuáticos permanezca prácticamente estática.

Ante esta realidad, cuatro escenarios nos atrevemos a pronosticar:

*Aumento del número de especies sometidas a cultivo.

*Aumento del cultivo de especies de bajos requerimientos de aceite y harinas de origen pesquero.

*Prácticas de cultivo con especies de alta rusticidad para la generación de aceites y harinas de pescado.

*Aumento de programas gubernamentales -económicamente viables- tendentes a generar biomasa pesquera para las poblaciones de bajos recursos con especies de bajos requerimientos nutricionales.

Para varios paises de Latinoamerica, nuevamente las tilapias, representan una de las especies con potencial para su desarrollo acuícola con menos dependencia a utilizar aceites y harinas de origen pesquero para satisfacer sus requerimientos alimentarios, y tan solo un 2% de sus requerimientos nutricionales, corresponden a productos de origen pesquero.


Su elevado potencial de producción, la posibilidad de ser cultivada prácticamente a todo lo largo y ancho de la geografía nacional, el dominio de las tecnologías requeridas, su aceptación en los mercados, su bajo precio en comparación con otras especies cultivadas en la actualidad, y la posibilidad de formularle alimentos  a partir de productos vegetales y desechos animales provenientes de otras práctica acuícola nacionales (camarones), la posicionan cada día más como la especie con mayor  potencial para la generación de alimentos de origen pesquero de elevado valor nutricional para el país.

Prohibir u obstaculizar su cultivo, no hará más que correr la arruga. La implementación de una adecuada normativa, buenas prácticas de producción acuícola (BPPA), implementación de modelos de producción económicamente viables probados y evaluados, y el uso de los espacios en los que se minimiza las posibilidades de escape a los cuerpos de agua naturales, es totalmente factible