miércoles, 1 de agosto de 2018

Por qué es importante separar la Acuicultura de la Pesca


Los presupuestos y las actividades que se destinan y programan para el desarrollo de la acuicultura, quedan a reserva de las prioridades de la pesca, que por lo general se lleva todos los recursos económicos, administrativos y materiales, en una interminable lucha para sobrevivir en un mundo que cada día le deja menos espacios ambientales y económicos.

En la mayoría de los países de América Latina la agenda política y administrativa de la Acuicultura está contemplada dentro de la Pesca, como si fuera una actividad adicional dentro de este sector. De esta manera, los presupuestos y las actividades que se destinan y programan para el desarrollo de la acuicultura, quedan a reserva de las prioridades de la pesca, que por lo general se lleva todos los recursos económicos, administrativos y materiales, en una interminable lucha para sobrevivir en un mundo que cada día le deja menos espacios ambientales y económicos.

Esta visión anticuada de contemplar la gestión y la administración de la acuicultura dentro de la pesca por parte de estos gobiernos, propia del siglo pasado, no corresponde con la necesidad que tiene la región latinoamericana, y el mundo, de producir proteína animal de pescados y maricos para alimentar a una población creciente de cara al 2030.

El total mundial del aporte de proteína animal para consumo humano por parte de la pesca y la acuicultura corresponde al 25 % del total de proteína animal consumida por la humanidad actualmente, considerando: aves, cerdos, bovinos y pescados y mariscos. La aportación de proteína animal de pescados y mariscos es mayor individualmente que estas tres industrias pecuarias en lo individual.

Si consideramos que una mitad del aporte de proteína de pescados y mariscos corresponde a la pesca y la otra mitad a la acuicultura, podemos predecir con facilidad que la mitad que le corresponde a la pesca, será cada vez menor a medida que la población vaya creciendo y que las pesquerías se vayan colapsando por la sobreexplotación, por la reducción voluntaria o no del esfuerzo pesquero, y por el creciente interés de la sociedad civil de conservar los mares y océanos, que empujan al crecimiento de las áreas marinas protegidas, dentro de las cuales la pesca es firmemente contenida.

En el mejor de los casos en que se dejara a la pesca continuar con el mismo esfuerzo pesquero actual, la producción de pescados y mariscos no va a crecer, y la población y la demanda sí. En base a rigurosos análisis la FAO ha contemplado que para la década del 2020 al 2030, la demandada insatisfecha de pescados y mariscos podría sumar unas 30 millones de toneladas. Esto puede significar una falta de proteína animal disponible para consumo humano de cerca del 12 % del consumo actual, mismas que las otras actividades pecuarias será difícil que puedan satisfacer.

¿Qué significa este déficit de proteína para el consumo humano en el futuro inmediato? Que puede haber hambrunas, desnutrición, enfermedades epidemiológicas relacionadas a la desnutrición crónica, retraso en el desarrollo cognitivo de los niños de las poblaciones más afectadas, migraciones masivas, violencia y degradación en diversas regiones del mundo, sobre todo en las más marginadas, y en donde la pesca es ahora una fuente importante de suministro de proteína animal.

De continuar los gobiernos con la tendencia histórica de implementar planes de subsidios para el rescate de la pesca, dejando de lado la inversión en la promoción y el desarrollo de la acuicultura, que contemplen: planes, políticas y recursos económicos adecuada y proporcionalmente asignados, el colapso de las pesquerías y de las poblaciones de las comunidades rivereñas va a ser inevitable.

La única manera de propiciar un desarrollo sostenible de la acuicultura en el mediano y largo plazo, es separarla de la pesca y asignar recursos humanos, materiales y económicos exclusivamente para su crecimiento. Los problemas que enfrenta la pesca actualmente, rebasan la capacidad de gestión de cualquier equipo de trabajo, por más especializado que sea. La división de la gestión de etas industrias, le permitiría a la acuicultura tener un despegue sólido y escalable que la podría colocar en un lugar prominente en la generación de proteína animal, del desarrollo económico y de la estabilidad social de cualquier país. 

Salvador Meza. Editor & Publisher.
www.panoramaacuicola.com y www.aquaculturemag.com